Cada vez más en Madrid se están creando pequeñas zonas gastronómicas, como la zona de Ponzano, la de Gabriel lobo o en este caso la zona de Recoletos, con restaurantes como el restaurante la Jefa del que ya os hablé hace algún tiempo o el restaurante dokidoki, en esta ocasión fuimos a probar el restaurante Mestizo que es un restaurante mejicano al que había ido a tomar margaritas pero no a cenar.
El viernes fui con mi marido y otra pareja de amigos al teatro a ver al Mago Pop en la Gran Vía (que por cierto es totalmente recomendable, salimos con la boca abierta, durante casi 80 minutos vuelves a alucinar como un niño) y buscaba para después un restaurante al que poder ir andando y sin los dichosos turnos que están tan de moda. Al final caí en el restaurante Frida, del grupo Larrumba. Lo primero que te sorprende de Frida al ir acercándote por la calle San Gregorio es la iluminación super cuidada y tenue.
La semana pasada quedé a cenar con una amiga en Las Tablas y probamos el restaurante Ôven, mozzarella bar, por el que había pasado andando un montón de veces y la verdad que es de esos restaurantes que te incitan a entrar. En las tablas el Restaurante Oven tiene una terraza súper bonita, con una decoración espectacular, las mesas con sillas diferentes, las lámparas o el suelo.
Las Tablas es una zona donde la gastronomía está en auge, hay una gran variedad de restaurantes donde poder ir a comer o cenar y luego tomarte una copa tranquilamente, uno de ellos es el restaurante Broker, de cocina contemporánea con horno de carbón, en la calle San juan de Ortega, tienen otro restaurante en Azca, mucho más consolidado, abrió sus puertas en 1989. Broker tiene terraza cubierta genial para todas las épocas del año y para disfrutar tranquilamente del afterwork. He comido un par de veces allí y a medio día tiene un menú que está muy bien. La carta es bastante variada y tiene medias raciones ideal para picotear.
Detrás de la puerta de Alcalá, en ese pequeño núcleo lleno de buenos restaurantes, muy cerquita del restaurante La Jefa, podemos encontrar el restaurante Doki Doki, que es, desde luego, un imprescindible para los amantes de la comida Japonesa. Si vais a cenar como es mi caso, lo primero que te llama la atención en mitad de la calle Villalar, es una agradable luz que sale por las cristaleras del restaurante, al asomarnos encontramos una decoración tipo nórdica, todo decorado en tono blanco y con madera, con una espectacular barra de diseño impecable, donde podemos ver como preparan nuestros cortes de pescado.
Hace mucho que no escribo y no es por falta de ganas sino de tiempo, y ahora que parece que volvemos a entrar en rutina, pues al lío. Tengo varios restaurantes a la cola y he decidido retomar el blog por uno que conocí en verano y al que desde luego pretendo volver en breve, el restaurante Pink Monkey situado en la calle Monte Esquinza. Es un asiático con influencias peruanas, mexicanas y mediterráneas, vamos una mezcla explosiva. Fui con un grupo pequeño de amigas para celebrar una ocasión especial y el restaurante no nos defraudó en absoluto, comida muy rica y ambientazo.
Tengo la suerte de tener un grupo de amigas a las que cada vez que quedamos nos gusta intentar conocer un sitio nuevo, o nuevo para la mayoría de nosotras, y al ser muchas podemos probar una gran variedad de platos. En esta ocasión fue el restaurante Random, que te sorprende nada más entrar te encuentras un restaurante muy bien decorado, con diferentes estancias, alguna de ellas se puede usar a modo de reservado. 
Hacía mucho tiempo que queríamos ir este mini restaurante francés de Las tablas, el restaurante Lafayette, del que habíamos oído maravillas, pero nunca encontrábamos la ocasión perfecta y la celebración de mi cumpleaños parece que lo fue. Al llegar te sorprende para bien un restaurante tan pequeño, con un ambiente super tranquilo y una decoración que te transmite calma por todos lados.
En el barrio de las cortes de Madrid se esconde un buen espectacular restaurante japonés, el restaurante Umiko, con pocas mesas y bien distribuidas, sin mucho ruido y con una barra donde también se puede desgustar su deliciosa carta, alguno a lo mejor os acordáis del restaurante Nipon que estaba antes ahí.
Éramos cuatro y pedimos un poco aconsejados por el camarero. Empezamos con unas ostras en tempura, muy muy ricas, una buena opción para los que no se atreven a probarlas crudas.
Tenía muchas ganas de volver al restaurante Filandon y encontramos la ocasión perfecta para cenar allí otra vez, fui con un grupo de amigas entre las que se encontraban dos que habían dado a luz hace relativamente poco y se llevaron a sus bebes, para esto El Filandon, es un restaurante perfecto, puesto que aunque está muy de moda tiene muchas estancias diferentes y nos colocaron en una tranquila y con espacio suficiente para los carritos.
Cuando Me Dejan 
